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Foto del escritorElena Alfaro

¿En qué coinciden el dadaísmo, Freud, Kahneman, la neurociencia y la experiencia de clientes? (2ª Pa

“Ya hemos encontrado la primera conexión, Dadaísmo, Surrealismo y Freud, ¿cuáles serán las siguientes?”. Así finalizaba mi post de la semana pasada. Vamos, a continuación, a descubrir qué hay de las siguientes conexiones.

Hablemos de símbolos, psicoanálisis e inconsciente colectivo. Las teorías sobre el sueño y el subconsciente desarrolladas por Freud, fueron abrazadas por los surrealistas como un pilar creativo. La fantasía, la locura, lo abstracto, lo irreal o incluso el impulso automático del artista fueron los mimbres con los que dieron forma a su arte.

Todos hemos contemplado algún cuadro de Dalí y simplemente no le hemos encontrado sentido desde lo racional. Pero, ¿por qué nos conmueve? La respuesta es que apela a nuestra dimensión irracional, porque los seres humanos somos seres simbolizantes.

Al ver un signo en una obra, éste nos evoca la realidad a la que representa, como una huella o un eco lejano que nos despierta una serie de emociones. Precisamente sobre la importancia de los símbolos primitivos basó parte de su trabajo otro de los padres del psicoanálisis, Carl Gustav Jung: el inconsciente colectivo.

Jung afirmaba que los seres humanos poseían un sustrato común a todos los tiempos y lugares del mundo, una psique colectiva más allá de la razón y que estaba constituida por símbolos. Y esto nos lleva a hablar de emociones grupales, la neurociencia y la economía.

Han pasado décadas, y hoy sabemos gracias a la neurociencia que la dimensión irracional de la persona prima sobre la racional. Contrariamente a lo que se había creído hasta tiempos muy recientes, la toma de decisiones es emocional en un alto porcentaje. Hasta el punto de que, como demostraron los trabajos de Antonio Damasio, sin emociones somos incapaces de decidir.

A raíz de estos hallazgos, estamos también asistiendo en los últimos años a un cambio de paradigma. Como ya hemos mencionado en este blog: las emociones están invadiendo la economía y los negocios. De hecho, en otoño del año pasado, Richard H. Thaler fue reconocido con el Premio Nobel por su contribución a la economía del comportamiento. Es decir, por la incorporación de la psicología a las ciencias económicas.

Jung postuló que los seres humanos poseen un sustrato común a todos los tiempos y lugares del mundo, una psique colectiva que está más allá de la razón y que está constituida por símbolos. Y esto nos lleva a hablar de emociones grupales, la neurociencia y la economía.

Paralelamente, en los últimos años la constante evolución de nuevas tecnologías de medición biosensorial ha dado lugar a la aparición de una nueva especialización del marketing: el neuromarketing. Y, ¡voilà! He aquí el siguiente vínculo que estábamos buscando.

Esta disciplina se ocupa de medir las emociones de los consumidores para determinar cuáles son sus percepciones hacia las marcas y sobre todo cómo se produce en ellos la toma de decisiones en el proceso de compra o contratación. Los avances en investigación neuronal y sensorial nos están permitiendo detectar y medir las emociones de los clientes hacia una marca.

Y no solo las emociones individuales. También las emociones grupales que corresponden al inconsciente colectivo, y que se podrían definir como los estados que siente un conjunto de personas, de forma común, por estar expuestos a un tema o a una experiencia. Esto es aplicable, por supuesto, a las emociones que genera una organización o una marca y éstas son el germen de fenómenos como la FANScination que ejercen ciertas marcas, o lo que es lo mismo, la vinculación emocional de los clientes en forma de fans.

Un siglo después de que el Dadaísmo diera la espalda al Positivismo alejándose de cualquier planteamiento racional, hoy la ciencia lo aplica para estudiar lo irracional.

Nos preguntábamos al inicio de este artículo ¿qué tienen en común los dadaístas, Freud, el último premio Nobel de Economía y el neuromarketing? La respuesta es el inconsciente colectivo: motor creativo de los primeros, objeto de estudio del segundo, motor de las decisiones de los individuos y, por tanto, de la economía para la que el neuromarketing ofrece nuevas herramientas de análisis y gestión.

¡Nos vemos en mi siguiente post!

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