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Foto del escritorElena Alfaro

¿Qué nos fascina y por qué? La clave está en el reptiliano

“¡Me vuelve loco todo lo relacionado con Star Wars!”.  Comentarios como éste los escuchamos todos los días, unas veces relacionados con películas, con series, otras con personajes o historias, otras con marcas, etc. El resultado es que los empresarios y las marcas que consiguen este efecto acumulan ganancias gracias a este fenómeno.

Pero, ¿qué nos fascina y por qué? La respuesta tiene una doble implicación para el mundo de las organizaciones y las marcas:

•  La gente estaría dispuesta a pagar para ser la persona más fascinante en cualquier situación. Una buena oportunidad, si nuestra marca puede ayudarles a sentirse más fascinantes con su propia vida.

•  Las personas queremos sentirnos fascinados por un producto o una experiencia y pagaremos más, incluso mucho más por una marca, un producto,  o una compañía que nos fascine. Otra oportunidad si somos capaces de generar esa fascinación por la misma.

Ahora bien, al igual que la inteligencia es una cuestión de grados, la fascinación está dentro de una gama que en un polo llega a la elusión y el desinterés, y en el otro polo a la obsesión y la compulsión. De hecho hay personas que se aficionan a la Wii o a la Play Station como una forma de relajación, y otros para los que se convierte en algo extremo, pudiendo pasar varios días encerrados en una habitación sin parar de jugar.

Millones de años de generaciones después de que nuestro cerebro reptil se dispusiera en la base de nuestro tronco encefálico, la fascinación sigue siendo la forma más básica de atención. ¿Y la razón? La fascinación en cierto grado se basa en la supervivencia. Y para sobrevivir, tenemos que fascinar. Por tanto, para hacer “fans” tenemos que conseguir llegar a su reptiliano ¿qué os parece?

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