“Una quinta parte de todos los anuncios publicitarios actuales utilizan contenido sexual manifiesto para vender sus productos”. Así concluía el libro Sex in Advertising: Perspectives on the Erotic Appeal. Hoy, 6 años después de su publicación, esta tendencia cobra todavía más fuerza.
Marcas tan poco relacionadas con el sexo como KH7, apelan a la sensualidad y al erotismo para vender sus productos. Para nada se parece esta estrategia a la que se utilizaba en el sector de limpiadores hace unos años, donde la funcionalidad del producto y su poder frente a otros competidores se mostraba a través del testimonio de amas de casa, imperando en la publicidad de marcas similares.
La pregunta sería ¿es el sexo el que vende o la controversia que éste produce? Según Martin Lindtrom en su libro Buyology, sexo y controversia van unidos de la mano. Lo que genera ventas es la controversia que produce el sexo. Precisamente hemos podido observar este fenómeno en el estudio que he participado recientemente a través de la herramienta que hemos desarrollado. Medíamos la emoción y la atención de individuos expuestos a spots/vídeos de : BBVA Seguros, Banca Civica, Ikea y Coca Cola Happiness Machine.
El resultado fue que a excepción de BBVA, todos los spots lograron generar emoción entre los individuos que formaron parte del estudio. Mencionar que en cuanto a niveles de emoción y atención los ganadores fueron los spots de Ikea y Coca Cola. Ikea utilizaba el sexo como eje de la historia y Coca Cola utilizaba un vídeo rodado en directo con consumidores reales de la marca. En ambos la curva emocional iba incrementándose a medida que se producía la historia del spot, habiendo un gran pico al final del mismo. Ambas marcas habían realizado un buen trabajo de branding. Es decir, habían colocado el logotipo en el momento donde se producía emoción, lo que les permitía generar una asociación entre la historia (spot) y la marca y por tanto recuerdo. Además en cuanto a atención fueron los únicos que habían producido niveles significativos (superiores a 70). El sexo sin duda alguna captaba la atención de los usuarios, con lo que pude comprobar lo que comentaba Martin Lindstrom en nuestro propio estudio empírico.
Dicen que cada vez encontraremos más presente el sexo en la publicidad, que se hará más atrevido, extremo y explícito y que llegará un punto de saturación como todo. Parece que en tiempos revueltos todo se justifica con tal de captar la atención del consumidor.
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