“Un arquitecto de prestigio, una empresa líder en gestión, un proyecto con un fin experiencial aparentemente bien planteado, pero ..¿en qué falla?”. Eso me preguntaba el máximo ejecutivo de una compañía tras vivir una experiencia temática cinco estrellas lujo.
Se puede tener el máximo presupuesto para poner en marcha la puesta en escena, haber elegido un referente en gestión y fallar en lo básico: crear una experiencia sin alma. La pasada semana viví una experiencia temática, basada en el mundo del vino que mezclaba cultura y hospedaje. La experiencia adolecía de sentimiento. Es decir, no transmitía ninguna esencia a pesar del despliegue de medios empleados. ¿Qué pasó con la historia del lugar y del producto protagonista? ¿Donde estaba la “Theme Experience”. Si no se hacía la visita a las bodegas te ibas del hotel sin apenas conocer nada acerca del proyecto, del producto y de la marca…como si hubieras estado en cualquier otro hotel de esa categoría.
Esto tiene que ver con cómo se ha creado la experiencia y la profundidad con la que se afrontan los proyectos de “customer experience”. Eso sin mencionar cómo se aborda su seguimiento y la consecución de objetivos.
Por otro lado, se falla en lo básico, ni siquiera habían tenido en cuenta investigar o saber más acerca de quién les visitaba, por ejemplo, insistí varias veces en que mi correo electrónico tenía como terminación @marketingexperiencial.es y nadie lo consultó. Curioso es que días más tarde, el dueño de un pequeño hotel de montaña, fue lo primero que hizo. Así como poner toda su energía en recibir algún consejo para mejorar la experiencia de su establecimiento.
¿Qué importante es ponerle alma a las cosas? Así como entender la esencia del ser humano para tener éxito. La humanización es una garantía de éxito si se hace correctamente, ¿la tienen presentes las empresas en sus estrategias?
Yorumlar