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Foto del escritorElena Alfaro

Check Point Charlie Experience!

“¡Berlín, la experiencia de la antiexperiencia!”. La estación de verano junto con la puesta en marcha de mi próximo proyecto editorial  me ha llevado a Berlín. La experiencia ha sido algo que no esperaba.

Hasta allí fui atraída por la megalomanía de la arquitectura de algunas culturas y regímenes históricos. Marcas líderes en generación de fans, como Apple la utilizan para impactar a sus visitantes. En 2013 incluso anunciaba a los medios de comunicación la creación de un Campus Megalómano en el que se preveía invertir más de 4000 millones de euros. La búsqueda de este tipo efecto era uno de mis objetivos en el viaje.

A nivel histórico ya sabía que los edificios más megalómanos habían sido destruidos. Sin embargo, mi sorpresa fue no encontrar prácticamente nada más que la puerta de Brandenburgo. De ahí, que mi visita pasara a focalizarse en analizar las tendencias de restauración, hostelería y turismo de actualidad en Berlín.

A nivel perceptivo con respecto a Tourism Experience, puedo destacar algunas cosas como la orientación de las sillas de las terrazas de los restaurantes hacia la calle o la amabilidad del personal que atiende al visitante, pero no encontré mejor nivel de experiencia que la ofrecida por otras ciudades cosmopolitas como Barcelona o New York.

Por otro lado, y a mencionar en positivo fue la experiencia que me generó una marca emocional de la ciudad que se ha convertido en un icono y que está basada en los hombrecillos del semáforo. Había tiendas, souvenirs, luces, gastronomía, mobiliario, etc tematizados con este símbolo. Así mismo, me pareció positivo el aprovechamiento de procesos históricos de la ciudad en experiencias singulares como fue la visita a un refugio nuclear de la guerra fría o el Check Point Charlie. A nivel compañía lo que destaco sin duda es la experiencia de la pecera gigante del Radisson convertida en una subida de ascensor panorámico.

A veces las expectativas no son cubiertas y generan la emoción de la “decepción”, pero la emoción de “sorpresa” de no encontrar lo que esperabas puede ser cambiada en positivo. ¿No os parece?

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